Ya.

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Si no era mi intención hacer nada de lo que hice y el grueso de las hostias me las llevé sin resistirme.

La parte de la carrera posterior me la podía haber ahorrado, sí, pero no estaba razonando mucho, sólo pensaba que estando en medio de un curro me quitan el teléfono con la agenda y las notas y me hacen polvo.

Es lo que tiene ser autónomo.

Es lo triste que tiene ser autónomo, más bien.

Hice lo que no se debe hacer por incercia y enajenación transitoria.

Lo pienso y evidentemente entrego hasta la ropa.

El móvil me lo recuperaron dos muchachos de los que venden en las mantas, que me vieron corriendo calle abajo y oyeron mis gritos de hijoputaaaaaa, nooooooo, paraaaaaa

(como si pidiéndoselo fuera a parar), corrían más que yo y me adelantaron como rayos, se tiraron encima del tío, aceptaron además hablar con la madera a pesar de no tener papeles, me ayudaron a retener al tipo hasta que llegaron mis amigos

y la poli, impidieron amablemente que le calzara dos hostias, porque no lo recuerdo muy bien pero se ve que yo tenía más interés en matarlo a esas alturas que en recuperar el teléfono

(no es por disculparme pero estaba poseída por el susto), e incluso se ofrecieron a acompañarme al médico para desaparecer como por arte de magia un segundo después de ser anotados en la libretica del señor agente

(natural, no por su condición de sin papeles sino por la de testigos) en lo que tardaron los polis en esposar al otro.

Polis que

(por cierto, uno era compañero del cole de uno de mis colegas de segovia, se abrazaron y todo, el mundo es un etcétera etcétera) también se enrollaron y no los metieron palante, que era mi gran miedo.

Yo los he ido a buscar estos días por lavapiés para agradecérselo pero ni rastro.

A los negros, no a los polis, que guay también pero no deja de ser su curro.

Al final un par de secretas me llevaron en un ibiza a casadiós a hacer un parte de lesiones digno de una peli polaca, a la comisaría a poner la denuncia, y en enero tengo la rueda de reconocimiento

(con la que ya sueño y en la que seguro que el ladrón rompe el cristal y me amenaza en

árabe mientras me apunta con el dedo)

y un juicio y la virgen, yo he estado amoratada entera, medio coja y con el cuerpo que era una sola agujeta, grande y libre aunque afortunadamente sin nada grave.

Pero ya está todo camino de convertirse en un mal recuerdo.

Como un cuento de navidad con final feliz, pero en plan putada innecesaria.
