María de Castro avanza por la calle de espaldas a la cámara mientras varios hombres la miran con admiración.

Al oír la conversación siguiente se para y sonríe.

Quevedo: Sí, sí, ya, es una comedia.

Pero es un encargo de Olivares para la reina, y aquí don Rafael será el encargado de llevarla a la escena.

Cózar: Es un honor.

Alatriste:

¿Paga algo el valido o va a cuenta de futuras mercedes, como de costumbre?
Quevedo: No, no, no, no.

Yo no sé nada de mercedes.

Hoy es ayer y mañana no ha llegado, pero al presente son quinientos reales, o al menos eso es lo que promete Olivares.

Alatriste:

¿Una comedia? Esa no es vuestra especialidad.

Cózar:

¿Cómo os atrevéis?
Quevedo: No, no, no, no, el capitán tiene razón.

(Alatriste ve a María y se quita el sombrero).

Pero si el pobre Cervantes lo intentó no veo por qué yo no voy a poder hacerlo.

¿O no?
Cózar: Don Francisco, mi esposa, la gran actriz María de Castro, y el capitán…
María: Alatriste.

Diego y yo ya nos conocemos.

Corte.

Alatriste y María en la cama.

María:

¿Qué piensas?
Alatriste: Que mejor dejo de aficionarme a las mujeres casadas.

(María intenta abofetearle, pero Alatriste detiene su brazo) A menos que sea la mujer más deseada de España.

(se besan)
María

(señala una cicatriz de Alatriste sobre el hombro derecho):

Ésta no la conocía.

Hace mucho que no nos vemos.

Alatriste: Casi tres años.

Te eché de menos.

María: No sería en Italia.

Alatriste: Terminó mal.

Se acabó casando con otro.

María: Eso había oído.

Has cambiado, Diego.

Alatriste: Será que me hago viejo.

María

(se sienta encima de

él y empiezan a hacer el amor): O será ese niño que ahora vive contigo.

Ya sabes que me gusta enterarme de todo.

Alatriste: Es el hijo de un camarada que murió en Flandes.

Le prometí que lo cuidaría.

María:

¿Y?
Alatriste: Me da miedo hacerlo mal, María.

Todo ocurre cuando eres un niño.

María: Lo harás bien.

Eres un buen hombre.

Alatriste: No estaría yo tan seguro.

María: Eso es que tratas a poca gente.

Cózar

(llama a la puerta): María, ya es tiempo, vete preparando.

María: Sigue, no te preocupes.

Es un hombre razonable.

Le doy a ganar mucho dinero.

Alatriste:

¿Y te compensa?
María: Soy una mujer práctica.

Tengo que pensar en mi futuro.

Alatriste: Al diablo el futuro.

En el futuro todos muertos.

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ADY: Este plano lo diseñamos muy pronto en la película: la presentación de María de Castro.

Ariadna Gil tiene esa virtud que los americanos llaman

‘statuesque’, es decir, de gran elegancia.

Yo creo que es la más italiana de nuestras actrices, con la elegancia de Silvana Mangano y una sensualidad interna fantástica, también muy italiana, y yo desde el principio quería que el papel lo hiciera ella, y lo escribí para ella.

En las novelas estaba un poco apuntado nada más y yo le pedí permiso a APR para poder desarrollar el personaje.

Siempre pensé que Alatriste tenía que tener una novia o amante

(más una amante que una novia), y al ser lo que yo llamo un

‘aristócrata del pueblo’, tenía que ser una mujer de gran clase.

Seguramente las actrices de la

época no eran tan distinguidas como Ariadna, pero yo creo que Alatriste se merecía no una mujer más vulgar o del pueblo sino una mujer extraordinariamente bella, sensual y elegante.

Y en mi opinión, y creo que en la de todo el mundo, esas cualidades las tiene Ariadna al cien por cien.

Creo que ha hecho un papel fantástico y que nos ha levantado la película.

Además, Ari tiene una cualidad, aunque resulte un poco cursi, viscontiniana, de mucho refinamiento, y que puede, como por ejemplo ahora, meter una enorme sensualidad a la película.

Creo que hacen una pareja estupenda, que es lo principal de las historias de amor: que no solamente se lo crea el espectador sino que se lo crean ellos mismos.

La frase final de Viggo,

‘en el futuro todos muertos’, no es mía, sino del gran economista inglés Keynes, una frase fantástica que me parecía que venía al pelo aquí.

Ariadna: María es una mujer a la que describen como de las más famosas y guapas del momento, una mujer práctica, que sabe la

época que le ha tocado vivir, que no es fácil, como tampoco ser actriz para una mujer.

Creo que tiene una relación con Alatriste muy moderna, de dos personas que se atraen y se gustan mucho mucho y se quieren sin llegar a decírselo, ni a sí mismos, porque por sus circunstancias saben que no funcionaría.

Son de esa gente que se ve y no pueden dejar de juntarse.

ADY: Es un personaje que leído era un poco soso, que salía y entraba sin más.

Pero creo que ella le dio ese plus de más que tiene en la película.
