No creo que haya nada más rodado de la toma de Breda que lo que hay, o como mucho alguna frase recortada.

Si te parece extraño que se pusiera tanto empeño en hacer un decorado tan importante para sólo unos pocos segundos, así es como funcionan las producciones grandes, y ahí es donde se van los 24 millones de euros

(y de hecho, mostrar demasiado

el decorado en plan

'mirad cuánto nos hemos gastado' es síntoma de mal cine, si el guión no lo justifica).

Además, no tienes más que ver la escena de

Íñigo remando, donde se construyó el banco de galeotes y se buscó a un montón de extras para una escena realmente breve.

Sí, Breda ocupa poco, pero no todos los libros aparecen, ni en la misma cantidad de tiempo, ni nunca se supuso que así podía ser.

'Limpieza de sangre' no aparece casi en absoluto, por ejemplo.

Sobre lo de la descripción del molino Ruyter, no se lo describe casi nada:

"La compañía del capitán Bragado se puso en marcha de las primeras, dejando a su espalda los fuegos del pueblo fortificado y el campamento, y adentrándose en la oscuridad a lo largo de un dique que bordeaba extensas marismas y turberas.

Por la fila de soldados corría la palabra de que

íbamos al molino Ruyter, cuyo paraje era paso obligado para el holandés en su camino a Breda, por ser lugar angosto y, a lo que decían, imposible de esguazar por otro sitio.

"

"Llegamos al molino Ruyter antes del alba.

Desde allí podíase oír el petardeo lejano de la escopetada que nuestros arcabuceros más avanzados sostenían escaramuzando con los holandeses.

Ardía una fogata, y a su resplandor vi al molinero y su familia, mujer y cuatro hijos de poca edad, todos en camisa y espantados, desalojados de su vivienda y mirando impotentes cómo los soldados rompían puertas y ventanas, fortificaban el piso superior y amontonaban los pobres muebles para formar baluarte.

Las llamas hacían relucir morriones y coseletes, lloraban los críos de terror ante aquellos hombres rudos vestidos de acero, y se llevaba el molinero las manos a la cabeza, viéndose arruinado y devastada su hacienda sin que nadie se conmoviera por ello; que en la guerra toda tragedia viene a ser rutina, y el corazón del soldado se endurece tanto en la desgracia ajena como en la propia.

En cuanto al molino, nuestro maestre de campo lo había elegido como puesto de mando y observatorio, y veíamos a Don Pedro de la Daga conferenciar en la puerta con el maestre de los valones, rodeados ambos de sus planas mayores y sus banderas.

De vez en cuando volvíanse a mirar unos fuegos lejanos, distantes cosa de media legua, como de casares que ardían en la distancia, donde parecía concentrarse el grueso de los holandeses.

"

"Los holandeses se vinieron muy gentilmente sobre nosotros con la primera luz.

Su caballería ligera dispersó nuestras avanzadillas de arcabuceros, y a poco los tuvimos encima en filas bien cerradas, intentando ganarnos el molino Ruyter y el camino que por Oudkerk llevaba a Breda.

La bandera del capitán Bragado recibió orden de escuadronarse con las otras del tercio en un prado rodeado de setos y

árboles, entre la marisma y el camino; y al otro lado de tal camino dispúsose la infantería valona de Don Carlos Soest

–toda de flamencos católicos y leales al Rey nuestro señor–, de modo que entrambos tercios cubríamos la extensión de un cuarto de legua de anchura que era paso obligado para los holandeses.

"

Y más cosas, pero mejor que te lo leas, que si no lo quieres comprar, seguro que en alguna biblioteca te lo tienen.

