Sabes en quién pienso cuando leo tu retrato de la cultura islámica, Finea? En nosotros hace cincuanta años, sólo cincuenta.

Y, respecto a algunas cosas, menos de cincuenta.

Amigas de mi madre eran llamadas

"putas" por trabajar fuera de casa, o no querer casarse, o llevar cierta ropa, o fumar.

Mi padre tuvo que ir a la parroquia a pedir un certificado de

"buen cristiano" para conseguir su primer trabajo.

El mundo entero ha sido machista y sigue siéndolo, este país nuestro no se salva.

La religión también fue de la mano del poder más cerril durante siglos de oscurantismo y hasta hace cuatro días.

Actualmente ha perdido influencia, pero alguien se atreve a dudar que somos un país católico? Yo no lo dudo.

Y me revienta comprobar cada día que lo de

"aconfesional" es una falacia.

Yo también trabajo muy cerquita de la inmigración.

Soy de las que se tienen que sentar con ellos, con el

"enemigo" y preguntarles sus nombres, de dónde vienen y por qué, qué buscan, cómo era la vida en su tierra, qué es lo que les asombra, les asusta o les encanta de

"mi país".

Yo soy de las encargadas de enseñarles cómo es la vida aquí, qué normas deben seguir.

Pero ellos ven cada día que, aun siguiéndolas, se les mira con miedo, con odio, con lástima, con asco, según el caso.

Me importa un pimiento lo que chillen los imanes en sus minaretes, lo

único que sé es que es lo que hay y que no tienes otra opción más que obedecer.

Y hay quienes lo creen a ojos cerrados y hay quienes se rebelan contra eso y pagan con el exilio, la cárcel o la vida.

Y hay quienes no creen, quienes desean libertad y se callan por miedo, porque no hay manera de luchar contra ello, al menos ellos no ven la manera.

Igual que no vimos la manera nosotros durante siglos, ni la vimos durante cuarenta años en los que cerramos el pico y agachamos la cabeza, verdad? He oído a sacerdotes decir que no les extraña que algunos maridos peguen a sus mujeres, porque estamos subidas a la parra.

Pegar a la pareja es delito hace cuatro días, no seamos frágiles de memoria.

El divorcio es cosa de ayer por la tarde, y seguimos con lo del aborto pendiente.

Repito lo de siempre: si nosotros hemos podido, qué nos hace pensar que en otras culturas no podrán? Hay algún gen que les haga más imbéciles que nosotros? Nos daban mil vueltas en la Edad Media, podría repetirse el fenómeno.

Todas las culturas avanzan, cada una a su ritmo, al ritmo que le permiten sus circunstancias.

Si alguien cree que hace cien años una mujer en Estambul podía usar pantalones, fumar e ir a la universidad, se equivoca muy mucho.

Pero podían las españolas????

Yo no me siento española, ni me siento nada en concreto, me siento una persona.

Las banderas no me dicen nada, la palabra

"patria" me deja fría, no soy creyente y las tradiciones me gustan como mero folclore.

Me siento tan interesada en las fiestas populares de mi pueblo como en las de cualquier aldea del Congo.

No es mi país, es mi mundo, es mi planeta, y no lo concibo de otra manera.

Mis parientes se fueron a Argentina, a Cuba, a Holanda, a Puerto Rico a buscar una vida mejor y eso es lo que el ser humano ha hecho siempre: moverse buscando sobrevivir.

Lo seguirán haciendo, los países menos afortunados, que ayudaron con sus riquezas a levantar a nuestra rica Europa, vienen ahora a disfrutar también de esas riquezas, y se produce el choque cultural inevitable.

Afortunadamente para nosotros, su

"invasión" es pacífica, nada que ver con las nuestras de antaño, en las que lo arrasábamos todo.

Y, cuando digo

"antaño" no me refiero a la

época del descubrimiento.

Me refiero a Balduino de Bélgica, por ejemplo, que convirtió El Congo en su finquita particular llevando la miseria, la muerte y la destrucción a un país entero.

Eso fue hace cuatro días, y a ese fulano lo quieren canonizar.

Ya no se trata de deberles nada o no debérselo, pero no puedo evitar pensar que si un Belga osa mirar mal a un Congoleño y farfullar eso de

"vienen a quitarnos el trabajo" es para partirle la boca de una coz.

Así lo siento, no puedo evitarlo.

Teniendo en cuenta que no siento que este país sea mío

(a saber si en dos años estoy en Canadá, o ni estoy, no considero mío nada, estamos de paso y hemos caído aquí por puro azar) mucho menos voy a sentir como mío un edificio.

Me importa un COMINO quién rece en la Mezquita de Córdoba o en la Catedral de Oviedo.

Por mí, podrían hasta rezar todos juntos, musulmanes, cristianos, judíos y hasta los hare krishna.

Es más, sería precioso.

Y, una cosa más, no sé lo que piden concretamente y lo que dejan de pedir, pero los chicos musulmanes con los que yo trabajo entran muy a menudo en la iglesia del barrio a rezar.

No creo ni que tengan que pedir permiso para hacerlo, pero sí sé que a algunas personas les ofende sobre manera que esos chiquillos entren por allí, en

"nuestra" iglesia.

Menos mal que al sacerdote y a otros muchos, no les ofende para nada.

Será que yo soy rara, pero creo que a veces es una suerte no sentir nada como

"mío".

Creo que lo de sentir las cosas como

"nuestras"

(la tierra, dios, las mujeres, la verdad, el derecho) nos ha costado muy caro a lo largo de la historia a esta raza humana que somos.
