Claro que es avance, y

él así lo ve y lo dice:

"Es razonable, de todas formas, el deseo de liquidar ciertos embustes.

Éstos sirvieron a menudo para fomentar la incultura y la superstición, teniendo a la gente

–eso todavía ocurre– agarrada por las pelotas.

" La clave del tono, sin embargo, está en el título del propio artículo:

'aguafiestas'.

No

'manipuladores' ni

'dioses', ni

'mercaderes'.

Es simplemente el sentimiento que te entra cuando te dicen que los Reyes son los padres.

Será verdad, pero vas a recordar más lo que sentiste cuando te lo desmontaron que la dicha por averiguar la verdad.

Es un caso bien claro de reacción a la inocencia perdida, aunque sea ya de mayor y talludito.

De nuevo citando el texto:

"Quienes, como el arriba firmante, fuimos
criados en el culto al mito, la visita al museo, el recuerdo familiar del tatarabuelo 
y cosas así, no podemos abrir

últimamente un periódico o ver la tele sin que nos tiren los palos del sombrajo.

"

Luego sigue desarrollando el tema de la necesidad de creer en algo, y no necesariamente en algo demostrable:

"Algunos de nosotros

–y eso no significa necesariamente que seamos tontos– precisamos creer, o fingir que creemos, en los trescientos de las Termópilas, la Pepa del año 12, el naranjero de Durruti o el virgo incorrupto de Helena de Troya, como otros necesitan una vida más allá de la muerte, que Dios se materialice en la hostia que alza el sacerdote, o que San Jenaro proteja a los devotos.

" Como se ve, muchos de los ejemplos que pone no son religiosos u ocultistas siquiera.

Además,

él mismo se ha dedicado en sus libros a desmontar mitos como el de la gloria militar y el heroísmo de la guerra, que esos son los peligrosos, no el brazo incorrupto de San Periquitín de la Hucha Redonda, porque esos son los que como te los tragues son difíciles de extraer.

Y finalmente

"que levante la mano quien no tenga un hueso falso en el relicario".

Y ese hueso falso puede ser que la razón lo explica todo.

Ese es el mío, por ejemplo.

En ese creo.
