Costillo, permíteme que le dé una vuelta de tuerca al asunto.

Con tus impuestos mantienes en la cárcel a agresores sexuales, pagando sus comidas, sus aspirinas y todo lo que el régimen penitenciario les permite.

Y esos agresores sexuales, tarde o temprano, vuelven a la calle, cuando se ha DEMOSTRADO que JAMÁS se rehabilitan.

Nunca.

Jamás.

Un ladrón puede rehabilitarse, un traficante, un asesino incluso, prácticamente todos los tipos de delincuentes tienen opciones de rehabilitación exceptuando a los psicópatas y a los agresores sexuales.

Los psicólogos están hasta el mismísimo moño de decirlo y de probarlo cada día.

Y, aún así, las leyes de este país permiten que un violador tenga beneficios penitenciarios

(como cualquier otro delincuente) y que finalmente sea puesto en libertad

(para, automáticamente, reincidir) Resulta que el violador en cuestión es un ser humano y tiene derechos.

Y según las leyes estamos obligados a garantizárselos.

Incluso estando demostrado que reincidirá, tenemos que ponerle en la calle y sentarnos tranquilamente a esperar a que viole a otra mujer.

Imagino que eso te parece una auténtica aberración.

A mí, claro, también me lo parece.

Sobre todo porque esa mujer, o esa niña, también son seres humanos.

Y se quedarán con secuelas para el resto de su vida.

Y nosotros, con nuestros impuestos, tenemos que sufragar los gastos del violador.

Porque tiene derechos.

Y estamos obligados a ello.

No sé qué es lo que hace humana a una persona, sigo sin saber en qué momento exacto se puede considerar que

"habemus vida", precisamente ese es el problema.

Que ni siquiera los científicos se ponen de acuerdo en ese punto.

A lo mejor mañana consiguen demostrar irrefutablemente que la vida se produce en el mismo instante de la concepción, o justo en la octava semana de embarazo

(o yo qué sé) Mientras tanto, el debate es inútil.

La ciencia no puede responder a esa pregunta, por lo que al final todo depende de los valores, la fe, la motivación o la opinión de cada cual.

De ahí que sea tan complejo.

Al final lo

único que yo sé es que las mujeres van a seguir abortando, cada una por los motivos que sean, con derecho o sin derecho, con garantías o sin ellas.

Va a ocurrir, nos guste o no nos guste.

Tal y como yo lo veo, tenemos tres opciones.

1º Acusamos de asesinato a cada mujer que aborte y la metemos en la cárcel.

2º Continuamos como hasta ahora y nos arriesgamos a clínicas ilegales, a salvajadas atroces como la que estamos comentando ahora mismo y a otras por el estilo.

3º Permitimos el aborto libre y nos aseguramos de que el mal sea menor y las cosas se hagan con garantías.

Sigo pensando que la opción tercera es la más lógica y deseable dentro de la realidad que nos ocupa.

Es decir, lo más lógico y deseable sería vivir en un mundo en el que toda persona sea lo bastante responsable y sensata como para no vérselas con un embarazo no deseado

(que medios hay y lo sabemos todos) Pero resulta que la realidad no es esa, por mucho que nos empeñemos.

La realidad es que seguirá habiendo niñas de 14 años que sufren abusos de su padre y se quedan embarazadas.

Seguirá habiendo mujeres con menos recursos que otras.

Seguirá habiendo personas inmaduras que vivan su sexualidad de manera poco responsable, métodos anticonceptivos que fallan.

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en suma, seguirá habiendo embarazos no deseados.

Y, por tanto, seguirá habiendo abortos.

Por otro lado, el hecho de que yo esté a favor del aborto libre no quiere decir que me parezca la real panacea, del mismo modo que estoy de acuerdo en que se pongan máquinas de condones en los institutos pero opino que con eso no basta.

Es que tampoco basta con ponerle a un niño un tenedor en la mano, hay que enseñarle a comer.

Es que, generalmente, los problemas son complejos

(por eso son problemas) y no siempre es suficiente con una medida, con una

única solución.

Normalmente hace falta una serie de medidas encadenadas si lo que se quiere es alcanzar un objetivo de la mejor manera posible.

Es una suma de cosas.

Si yo le meto condones en el bolso a mi hija de 15 años y espero que todo lo demás salga rodado por ciencia infusa, a lo mejor hay suerte y sale, pero seguramente no será así.

Tendré, además, que educarla para que sea responsable, que hablarle de sexualidad, de embarazos, de enfermedades, de consecuencias, de protegerse a sí misma, de evitarse pasar por situaciones tremendas.

Y, con todo y con eso, confiar en que salga bien.

Porque NADA, absolutamente NADA me garantiza que, al final, se quede embarazada a los 15.

Porque es humana, porque así es la vida, porque le puede pasar a cualquiera.

Porque no somos perfectos ni somos máquinas que se programan.

Porque yo puedo poner todo de mi parte pero el resto es cosa de ella, como ser humano independiente.

Sus decisiones, sus aciertos y sus errores.

Porque hay mil variables que yo no puedo controlar, salvo que la amarre a la pata de la mesa, y no me parece una idea muy sensata.

Es decir, podemos filosofar mucho, y construir castillos en el aire entre todos para montarnos el mundo perfecto, pero la realidad es otra y la conocemos.

Y es sobre la realidad sobre la que hay que actuar.

Por

último, vuelvo a lo de siempre.

Los derechos en sí no me parecen malos, al contrario.

Son opciones que están ahí y a nadie le obligan a utilizarlas.

Yo estoy completamente a favor del aborto, y sin embargo jamás he abortado ni creo que fuera capaz de hacerlo.

Pero es que yo no puedo medir las circunstancias, necesidades y razones de millones de mujeres desde las mías.

Me basta con tener clara mi postura y mis razones.

El derecho a abortar puede estar ahí y no ofenderme aunque yo no recurra a

él.

También estoy a favor del matrimonio homosexual y ni soy homosexual ni siento el más mínimo deseo de casarme.

Los derechos no me ofenden aunque no sean para mí.

Son recursos que están para quien los necesite.

Y repito, no creo que se deba juzgar a todo el mundo por el mismo rasero, ni privar d eun derecho a millones de personas sólo por si hay equis número de taradas irresponsables que se van a poner a abortar para pasar el rato

(cosa que encuentro harto improbable).

Es como si mañana prohibieran el matrimonio alegando que hay demasiados divorcios y maltrato, y que claro, mejor cortar por lo sano, no sea que a la gente le dé por casarse a lo loco y tirarse los trastos a los tres meses

(cosa que, por otra parte, sí que sucede con frecuencia)

(Perdón por el rollo!!)